martes, 10 de enero de 2012

Reflexionando

Un rincón de mi persona es fría y a la vez extremadamente sensible. Tengo un lugar donde guardo mi esencia, donde toda mi persona se encuentra escondida del mundo exterior. Allí donde sólo llego uno, para luego destruirme desde dentro y hacerme cambiar. Cambié, me volví más realista, y mis sueños de un amor de cuento de hadas se borró. Pero mi capacidad de amar creció, y ya no pedí nada a cambio.
En mi interior se encendió una luz, y también creció una montaña que hoy en día me mantiene, firme y sin dolor. Debo aclarar que soy feliz, o intento serlo.
. Soy sensible, pero ya no lloro como antes, cada día que pasa soy más frío en mis determinaciones, y más amoroso con quienes quiero de verdad. Eliminé completamente de mi vida a las personas que no me aportaban nada bueno, que no me hacía sentir bien, las eliminé de raíz y sin piedad.
Estoy más relajado, ya no me preocupa arreglarme todas las semanas las uñas como lo hacía antes, ni me plancho dos veces por día el pelo, me siento más lindo y cómodo conmigo mismo, no tengo falso ego.
Me conozco cada día un poco más, y cada día re descubro mis errores, que me persiguen poniendo a prueba mis valores cívicos y espirituales, intentando cambiar esas falencias incómodas intento crecer.
La muerte no me asusta, nunca me asustó, pero madurar me da terror, porque mi concepto de ser una persona madura es diferente al pensar colectivo.
La gente me sigue mirando raro, y lo sigo disfrutando, la gente me sigue criticando, y me sigo riendo.
Me quiero, me quiero mucho, es verdad.
Pero a pesar de todo, las apariencias engañan, pues soy muy sencillo, y mi sueño no es diferente al de las demás personas.
Lo que más me gusta de mi persona es mi valentía, soy valiente en la vida y soy valiente en el amor, mi intensidad de amar se compara a mi intensidad de odiar, pero ésta última a veces es mayor.
Quiero ser siempre libre, que nunca me quiten mi libertad, porque ése día podría decir que perdí mi vida.

xoxo,RA ♥